Hoy se celebra en varios países del mundo el Día Internacional de los Trabajadores. Es una fecha reivindicativa y de homenaje a los Mártires de Chicago, quienes marcharon para que se establezcan mejores condiciones laborales y la jornada de las ocho horas de trabajo, vigente hasta hoy.
Fueron sindicalistas-anarquistas ejecutados en Estados Unidos por participar en las marchas masivas que se iniciaron el 1 de mayo de 1886. Sin embargo, ahora es una fecha que celebra a todos los trabajadores en general.
Días de lucha. La amenaza del paro hizo ceder a varias compañías que empezaron a aplicar el nuevo sistema. Sin embargo, en ciudades como Chicago, entonces la segunda más poblada de Estados Unidos, los empleadores no querían ceder. Unos 200 mil trabajadores salieron a las calles en protestas que se extendieron hasta el 4 de mayo. La represión fue salvaje. El primer día 6 trabajadores fueron asesinados a quemarropa y decenas resultaron heridos.
El 4 de mayo, en medio de las revueltas en Haymarket Square una bomba lanzada por un desconocido mató a un policía. Los oficiales entonces abrieron fuego, hirieron a cientos y detuvieron a otros tantos. Más de 30 obreros fueron llevados a juicio, pero luego este número se redujo a 8. Tras un proceso, en el que no se respetaron normas procesales, cinco fueron condenados a la horca y otros tres a prisión. Los condenados a muerte fueron ejecutados el 11 de noviembre de 1887.

Triunfo y celebración. Tras los acontecimientos de Chicago, las compañías fueron accediendo paulatinamente a fijar la jornada de trabajo en ocho horas. En el Perú la conquista de este derecho se logró el 15 de enero de 1919.
La celebración del 1 de mayo, en homenaje a los Mártires de Chicago, se estableció en 1889 en un encuentro del Congreso Obrero Socialista de París. Con el tiempo, varios países se sumaron a la fecha y hoy se celebra en casi todo el mundo.
Consecución de la jornada laboral de ocho horas
La consecución de la jornada de 8 horas marcó un punto de inflexión en el movimiento obrero mundial. El propio Federico Engels en el prefacio de la edición alemana de 1890 de El manifiesto comunista dice:A finales de mayo de 1886 varios sectores patronales accedieron a otorgar la jornada de 8 horas a varios centenares de miles de obreros. El éxito fue tal, que la Federación de Gremios y Uniones Organizadas expresó su júbilo con estas palabras: «Jamás en la historia de este país ha habido un levantamiento tan general entre las masas industriales. El deseo de una disminución de la jornada de trabajo ha impulsado a millones de trabajadores a afiliarse a las organizaciones existentes, cuando hasta ahora habían permanecido indiferentes a la agitación sindical».
Pues hoy en el momento en que escribo estas líneas, el proletariado de Europa y América pasa revista a sus fuerzas, movilizadas por vez primera en un solo ejército, bajo una sola bandera y para un solo objetivo inmediato: la fijación legal de la jornada normal de ocho horas, proclamada ya en 1866 por el Congreso de la Internacional celebrado en Ginebra y de nuevo en 1889 por el Congreso obrero de París. El espectáculo de hoy demostrará a los capitalistas y a los terratenientes de todos los países que, en efecto, los proletarios de todos los países están unidos. ¡Oh, si Marx estuviese a mi lado para verlo con sus propios ojos!5 6

Consolidación y extensión durante el siglo XX
Tras los sucesos en Estados Unidos, la Segunda Internacional dio un gran impulso a los intentos por convertir el 1º de mayo en un día festivo, siempre reivindicando simultáneamente la reducción a ocho horas de la jornada laboral. En 1904, la II Internacional reunida en Ámsterdam pidió a «todos los partidos, sindicatos y organizaciones socialdemócratas luchar energéticamente en el Primero de Mayo para lograr el establecimiento legal de la jornada de 8 horas y que se cumplieran las demandas del proletariado para conseguir la paz universal». Al mismo tiempo el congreso hizo «obligatoria a las organizaciones proletarias de todos los países dejar de trabajar el 1 de mayo, siempre que fuera posible y sin perjuicios para los trabajadores».8 De esta forma, en todo el mundo las organizaciones trataron de hacer del Primero de Mayo un día festivo oficial en honor a la clase obrera, lo cual se logró paulatinamente en la mayoría de países.
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